Encontramos en las dudas respuestas, nos interrogamos de manera consecuente, para realizar un dialogo interminable con nuestra conciencia.
Pasamos de estad en estado, si alguna ver reímos o lloramos, si fuimos buenos o malos, inocentes o culpables, cuestiones sin respuestas, formalizando un contrato con el insomnio.
Nuestra existencia transcurre, se disipa, como la nieve en colinas.
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