El tiempo determina y concreta muchas cosas; define nuestra actitud, forja nuestro carácter dándonos experiencia.
Todas nuestras vivencias se atesoran en la memoria, que el tiempo va borrando cuando nos encaminamos al final de nuestros días; todo se desvanece como gotas de roció cuando el sol aploma.
Esos momentos sutiles tan frágiles nos dejan huellas imborrables; como el recuerdo de esos amores en plena juventud, o esos paisajes vistos que nos dejaron perplejos; no comento los malos recuerdos porque no son gratos de mencionar.
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